Desde el 23 de julio hasta el 19 de agosto hemos estado de viaje fotográfico por Irlanda. Está bien, no es un mes, pero casi. Nos hemos estado alojando en habitaciones de casas particulares que encontramos a través de Airbnb la web de alquiler vacacional para todo el mundo.
Las fotografías del viaje las podrás ver en la exposición que estoy preparando, pero hoy quiero hablarte de nuestra buena experiencia con Airbnb.
Airbnb antes de Irlanda
Hace unos tres años que en todos nuestros viajes nos alojamos en lugares que hemos encontrado en esta web. Hasta ahora, buscábamos apartamentos o pequeñas casitas en las que pudiésemos estar solos y relajarnos durante nuestras vacaciones.
En Girona, disfrutamos de una estancia un tanto peculiar, en un iglú de fibra de vidrio en la Garrotxa.
En León, estuvimos 15 días en un apartamento fabuloso y en pleno casco antiguo, un lugar en el que siempre tuve ganas de vivir durante mis años de estudiante.
Pero en Irlanda, tras un primer escaneo de los alojamientos disponibles, no podíamos permitirnos pagar apartamentos enteros durante un mes de viaje. Teníamos que cambiar los planes, y eso hicimos.
Solución: Alojamientos en habitaciones
Sí, esa fue la solución que nuestra economía podía permitirse si nos íbamos a pasar un mes en la Isla Esmeralda.
Lo que haríamos sería alojarnos habitaciones privadas de personas que las alquilaran en sus casas. Compartiríamos las estancias comunes y por lo menos tendríamos una cierta intimidad en la habitación.
Debo admitir que al principio me daba como pereza eso de meterme en casa de alguna familia. Por una parte invadíamos su intimidad y por otra parte perdíamos la nuestra. Cada uno en su casa vive a su manera, tiene sus costumbres y sus manías, y tendríamos que adaptarnos a eso durante todo un mes.
Pero bueno, por otra parte también existía la posibilidad de conocer a gente interesante y el estilo de vida irlandés, así que, decidido, allá que nos íbamos.
La experiencia en este viaje fotográfico
Tras estos casi 30 días, sólo puedo decir que la experiencia ha sido fantástica. Hemos tenido algún pinchazo, eso es cierto, pero los pinchazos han sido poco malos y los aciertos han sido fabulosos. Así que la balanza se decanta de sobra hacia una experiencia fabulosa.
Hemos conocido a un montón de gente interesante. En Dublín conocimos a Miriam, y al día siguiente a María, una española que lleva 4 años en Irlanda y que puede que algún día se mude a la India jejeje.
Lo de Waterford mejor nos lo saltamos jeje. Y llegamos a Cork, una bonita ciudad en la que nos alojamos en casa de Gem, una maravilla. En Clare nos enamoramos enormemente de Michele y a los dos días nos despedíamos con lágrimas en los ojos tras unas fantásticas conversaciones en su «sunroom».
Lo genial, además de las personas que íbamos conociendo, era que nos empapamos de cultura y estilo de vida Irlandés, algo que me encanta hacer cuando viajo.
Otra gran ventaja de las habitaciones privadas es que te puedes alojar en casas situadas en localizaciones increíbles, Sin que te extirpen un riñón al pagar la factura como ocurriría con un apartamento/casa entera en esa misma ubicación.
Como inconvenientes
La única pega que le encuentro, tiene más que ver con nuestra organización del viaje que con el alojamiento en sí. Viajar, cambiando cada día o cada dos días de alojamiento, cansa. Si lo haces durante un mes entero, se llega a hacer pesado «descubrir» casi cada día un nuevo alojamiento, una «nueva familia».
Hay días del viaje en que acabas agotado, y lo que necesitas es una buena ducha y descanso, no llegar a una nueva casa de otra persona en la que si todo va bien, te sentirás como en casa, pero puede que no se establezca la confianza suficiente y tengas que quedarte «recluido» en tu habitación.
Nosotros íbamos alquilando la habitación con dos o tres días de antelación, incluso de un día para otro, así si queríamos cambiar de planes, podíamos hacerlo. Pero eso cansa. Por eso pienso que es mejor alojarse varios días en un mismo lugar. De todas formas eso siempre dependerá de cómo organices tu viaje.
En fin, que te recomiendo enormemente viajar con Airbnb a través de «habitaciones privadas». No sólo encontrarás alojamiento, sino también sonrisas, autenticidad y un montón de historias que contar.
Elegir bien dónde dormir
Como te he dicho antes, durante el viaje sufrimos algunos pinchazos en los alojamientos. Pero también te he comentado que son casos muy puntuales.
Airbnb para evitar sorpresas desagradables es genial, simplemente debes fijarte al elegir. Aquí te dejo algunos consejos.
- Déjate de experimentos, las casas con anuncios nuevos, que las prueben primero otros.
- Si encuentras un «superhost» ve a por él, no lo dudes, puedes reservar sin miedos.
- Fíate sólo de los anuncios con cuatro o más estrellas y con comentarios positivos.
- Si alguno de los comentarios es negativo, pero hay otros 15 positivos, no te preocupes, gente quejica siempre la hay.
- No alquiles nada que no se vea bien en las fotos. Si algo no se enseña, es porque es mejor no verlo, hazme caso, te lo dice un fotógrafo 😉
- Ignora las fotos de paisajes y «alrededores», eso puede estar a varios km de la casa. Quédate con lo que importa, las fotos de la casa y la habitación.
- Mira la foto de perfil del anfitrión. Las sonrisas molan, es gente que quiere que vayas a su casa. Las caras serias no, eso es sólo por negocio. Si en la foto de perfil no sale el anfitrión, pasando.
- Cajones y armarios cerrados, cortinas abiertas y… sí, tapa del wc bajada. Tres normas básicas para las fotos de la casas. Si alguien que quiere alquilar su casa, ni tan siquiera se preocupa de bajar la tapa del wc para las fotos, imagínate como estará el baño el día que no vayan a hacerle fotos…
Conclusión
La experiencia ha sido muy buena, te recomiendo que pruebes a viajar alquilando tu alojamiento en Airbnb. Te acercarás más a la cultura del lugar al que viajes. Tomando algunas precauciones mínimas al elegir dónde alojarte, no te llevarás ninguna sorpresa.
Si no te apetece alquilar una habitación privada y compartir vivienda, siempre puedes alquilarte un apartamento o casa completa.
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